domingo, mayo 18, 2008

El uniforme de Calvin Klein: Acto Final

¿¿¿Ya ha pasado un mes??? Madre mía, ¿¿qué me ha pasado durante este mes?? Ni yo misma lo sé, pero el tiempo no ha regresado. Ahora estoy en Valencia (que sitio más bonito por Dios), disfrutando de unas minivacaciones y del olor del mar.


A ver Loola, el hiper no era gay, una mieja particular, sí, y ahí residía parte de su encanto. Me imagino más bien que está mal acostumbrado, pero da la casualidad que yo también y a mi me van los chicos que toman la iniciativa.


Credendo tranquiliza tus muñones hoy termina la historia :)


Lilus, tu nombre me recuerda a la peli el quinto elemento, Me gusta!!.


Adise, lo bonito no es describir los besos si no darlos y fijo que tú en eso eres maestra.


En fin, que retomando…

Como es natural la cosa no quedó sólo en ese único beso, el segundo ya no fue tentativa, ni el tercero; crecieron en intensidad de una manera natural, hasta volverse algo casi frenético, con demasiada urgencia insatisfecha, pero claro, en pijolandia no era plan de montar un numerito, o al menos yo pensaba que no era plan, porque a él parecía importarle un comino, el sitio, la gente y hasta casi mi ropa. Y es que digo yo que menos mal que mi jersey no tenía botones, si no fijo no hubiera quedado ni uno abrochado. Creo que se le multiplicaron las manos por tres, parecía que más que una persona me acariciaran varias. A mí me estorbaba su camisa y de un tirón se la saqué de los pantalones para deleitarme, aunque confieso que ya mis manos no eran suficientes, mis labios pedían explorar piel distinta de la humedad de su boca. Pero… no, no era plan y paulatinamente fuimos bajando el ritmo, hasta que me quede apoyada sin aliento en su hombro. Me dio un beso en la frente y los dos nos tranquilizamos.

Es raro comportarse después como si no hubiera pasado nada. Te separas, bebes de tu copa, pero la conversación se ha evaporado y lo trivial es eso, demasiado trivial.

La chica me miraba sonriendo, subió el pulgar, a mi me dio la risa, pero la conversación con el hiper no nacía, nuestras manos seguían cogidas y de tanto en tanto cruzábamos algún piquito y justo cuando nuestros ojos se encontraron e irremediablemente íbamos a tener otro, digamos, estallido pasional, aparecieron nuestros amigos… que majos y oportunos (ironía) ellos, que nos marchábamos a otra cojodisco de moda donde teníamos sitio vip. ¡Que ilusión!, por mi se podrían haber marchado hasta el día siguiente y no aparecer.

Salimos del garito y nos fuimos para el coche, ya no hubo comentarios jocosos al respecto, directamente nos sentaron atrás y apenas arrancó el motor el hiper de un tirón casi me tumbó encima suyo, oye, le dije aquí no, pero no me hizo ni caso. No quería soltarme sus manos estaban en todos lados, hasta dirigiendo las mías. Este chico sabía hacer más cosas aparte de pescar, eso estaba claro, pero me alucinaba su falta de pudor delante de sus amigos… ¿Tendría algún instinto exhibicionista también el muchacho? Así que como pude me separé de él y le dije aquí no y el me susurró tonta, si no se enteran e intentó volver al punto donde lo habíamos dejado… pero no, aún así me negué a pegarme la paliza mientras estábamos en el coche.

Estoy convencida que el figurero iba a echar alguna miradita por el espejo retrovisor. Creo que eso no le debió hacer ninguna gracia, porque cuando llegamos a la disco a la que no hicieron ni puto caso fue a mí. Por eso me distraje con los gogós y medio en coña le dije, ¿no quieres quitarte la camisa y salir ahí a bailar?? Me miró como si estuviera loca. Mis amigos otra vez por darnos cuartelillo o tal vez porque eran más discretos que nosotros decidieron irse de turné otro rato y allí nos dejaron otra vez solicos. Pero ná de ná, ahora era él, quien se hacía el sueco. Y para dignidades la mía, soberbia creo que se llama eso, así que fingí que no me importaba e iniciamos una conversación ¡por fin! Sobre un tema muy emocionante… los culos de las gogós. Nosotros estábamos sentados en nuestro cojo sitio y unas niñinas por allí de pie, nos preguntaron, si mientras volvían nuestros amigos podrían sentarse, les dijimos que sí y prácticamente se desplomaron sobre los asientos, solo que al rato me di cuenta q no estaban tan cansadas como pudo parecer, estrategia la de estas chicas porque no quitaban ojo al hiper mientras se hacían comentarios entre ellas…que tiennas :). El no las hacía ni caso y parecía enfrascado en nuestra ya torridísima conversación, que estaba alcanzando puntos estratosféricos, o sea, hablábamos del punto g y yo pensaba, mare mía cuando este se arranque a algo más que a hablar, creo que no le voy a poder parar, pero volvieron nuestros amigos oportunos ellos y de nuevo nos dedicamos a temas intrascendentes. Surgió un nuevo cambio de garito y todos aceptamos. Que bien que bien nos volvemos a meter en el coche, pensaba yo para mi fuero interno. Y allí fuimos. Pero nada, el chico como si fuera sentado con otro chico, a kms de mí, y mirando la conducción. Y en un acto de valor sin precedentes por mi parte puse mi mano encima de su pierna. El sonrió, atrapó la mía y me dio un besín suavecito y tierno que me prendió en llamas. Ya lo sé, soy así de sosa, pero veces me pone más un beso de esos, que un asalto en toda regla, me acariciaba suavemente la mano y con la otra la mejilla y el cuello hasta perderse en mi pelo. Tienes un pelo precioso me dijo, y me plantó otro de aquellos deliciosamente suaves besos que hicieron que mi pudor se fuera a paseo, más que la vez anterior y me importó nada si nos veían nuestros amigos, si nos movíamos o estabamos parados. Era como yo digo un beso de paladeo, en los que todo transcurre con suavidad, nada de buscar una excitación de una manera predispuesta, casi artificial, un beso sin prisas, en el que te recreas delineando con tu lengua, sus labios, en el que mordisqueas levemente descubriendo anatomías, texturas..

Oye que hemos pensado que.. joer tíos parecéis sellos… nuestros amigos atacaban de nuevo y yo juraba en árabe. No, que esto, que estamos muy cansados, que ya son casi las seis y como esto está lejos que mejor vamos en los dos coches, para ya marchar desde allí. Me apretó la mano, me acarició el rostro y me dio otro suave besito, que a mí me sonó a promesa. Nos fuimos para el parking mi rubia y yo, la verdad que no hablamos mucho, pues mis pensamientos andaban en otro lado. Lo primero ir directas al baño, hasta allí a esas horas había cola, al salir otra cola más en el cajero, creo que ya tardábamos casi 15 minutos desde que marchamos y nos quedaba otro ratico hasta poder salir. Sonó el teléfono de mi amiga, yo la oía decir, sí sí, es que hay mucha cola, sí otro rato… ah vale. Bueno pues sí eso hablamos vale?? Venga un beso…

Qué pasa? Le pregunte… que se van, que se han amuermado y el figurero está cansado y como el hiper duerme en su casa que se van. Y yo ah! No te preocupes, me dijo, mañana llamarán… y quedaremos.. A las pocas horas, estaba de nuevo en mi rollo curso, más fresca que una lechuga, alegre, sonriente, como si en vez de dos horas hubiera dormido 8, sólo que esta vez fue menos rollo, el profe (que tenía su atractivo, unos bonitos ojos verdes y mentón partido al lo Robert Mitchum y ya os contare otro día) tonteaba conmigo y me preguntó si me gustaba bailar salsa… yo sonreí. A veces nadie se fija en ti, a veces lo hace todo el mundo a la vez… la vida es así.

Ni llamaron ni llamamos, la verdad es que estábamos todos cansados y al día siguiente el muchacho se marchaba a su ciudad, a 500 km de Madrid. No he vuelto a verle, tampoco cambiamos teléfonos, por tanto, otra noche cerrada, pero me sentí bien.

Ayer guardaba la ropa de invierno y allí colgué mi uniforme de Calvin sonriendo.

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