jueves, octubre 16, 2008

Llámame Gertrudis, Doña Gertrudis Señorita Pelona ... 1


Han pasado tres días. El lunes empezó, como cualquier lunes, viendo como las horas iban cayendo en el trabajo... movidas y más movidas, reuniones para justificar y debatir hora tras hora, tiempo perdido. Comí y nada me hacía sospechar que se acercaba uno de los mazazos más grandes recibidos desde hace muchos años.

A las tres y media me llamó mi padre... a mí tía se la habían llevado al hospital y no tenía noticias.
Sus imágenes y su voz pasaban por mi cabeza a toda velocidad, mientras mi padre me hablaba; un dolor en el pecho y en la espalda... me tensé inmediatamente. Ella, una mujer grande, muy alta para su generación de ojos cuasi verdes y labios nunca definidos, con un herpes perpetuo que nunca se curaba del todo. Viuda desde más de 22 años. Su vida, la que recuerdo desde que tengo uso de razón triste y complicada, un bestia por marido y el apoyo incondicional de sus padres, que fueron su pilar principal. Ella quería mucho a su familia, nos quería a todos, con la bondad de la gente buena, de los mansos que a veces sacaban el genio para defender a los suyos sorprendiendo por su arrojo y envergadura.

Tres llamadas, y hablo con su hija que me responde entre lágrimas, que está muy mal, que le ha dado un principio de infarto y que al traducir el lenguaje de mi tierra entiendo que tiene obstrucción coronaria. Dos visitas a mis jefes, tres cigarrillos y a los 20 minutos marcho a mi casa a preparar la maleta y salir corriendo.

Una hora después me entero que la han trasladado de hospital, porque en la Maestranza no hay camas, adivinad por qué llaman a ese hospital la Maestranza. Hago la maleta y meto de todo, hasta ropas negras para el tiempo que sea necesario y en mi nuevo espíritu de orden intento dejar las cosas en casa en buen estado, la ropa tendida. Salgo y me pierdo en el atasco de Madrid, dirección Toledo, el manos libres empieza a hablar, que está en la uvi de cardiología y que no dejan entrar a nadie, solo apenas media hora, que está bien, que está muy grave pero que ha merendado y han hablado con ella. Me tranquilizo.

Llego a mi pueblo y me encuentro a mi padre barriendo, medio sonámbulo, con la mirada perdida y sin expresión, me mira con miedo, estoy tranquila, preparamos los detalles para ir a verla el día siguiente, él temiéndose lo peor, no le hago caso, porque mi padre es muy agonías y en ese momento mi teléfono suena de nuevo, una voz desgarrada en lágrimas me dice que ha empeorado mucho.

Nos vamos a Toledo inmediatamente, le digo a mi padre, cámbiate y voy a echar gasolina mientras, dos llamadas alertando a mis tíos y diciéndoles que si quieren venir que se preparen, que en cuanto vuelva de echar gasolina nos vamos y no espero a nadie. Mi vena marcial está en su punto álgido. Mi madre... se había ido a andar y no estaba, la cojo por el camino pienso. En el trayecto a la gasolinera me encuentro con adolescentes con motos y otros que fardan de coche... van a paso de tortuga para que los observen, juro en árabe en el coche y hago rugir el motor advirtiéndoles que tengo prisa. Echo gasolina y vuelvo corriendo, creo que me he dejado los bajos en algún badén de esos. Bajo del coche, veo a mi madre que llega, cámbiate le ordeno... mi madre también sonámbula. Sale mi otra tía de mi casa, ya está lista y me pregunta: pero qué noticias tienes...y le digo que ha empeorado que nos vamos, monta al coche si quieres y si no me voy.. y con serenidad me dice ha llamado mi hijo, que ha fallecido.... y les digo.. no, es un error, a mi no me han avisado, solo me han dicho que está peor y me piden que llame para confirmar, cuando voy por mi móvil veo una llamada perdida... debió ser mientras echaba gasolina. Me baja el miedo, llamo y su hijo con voz pausada me dice no vengáis... por qué le pregunto, porque nos la llevamos para allá, acaba de fallecer. Levanto los ojos y me encuentro con los de los demás expectantes, niego con la cabeza mientras me caen las lágrimas. Ya no nos vamos.

2 comentarios:

Blogger Jessika ha dicho...

Como te entiendo, me reflejo en tu relato ya que fué muy parecido al mio... mi abuelito acaba de morir.
Te acompaño en en sentimiento.
Besos.

jueves, octubre 16, 2008 6:28:00 p. m.  
Blogger Credendo Vides ha dicho...

Bueno, sabes q lo siento muchísimo. Q no es fácil perder a un familiar y q, menos fácil aún, es q sientas el pesar de unas cuantas letras. Pero ya sabes donde estoy para lo q quieras.

Por cierto, aunq ahora no venga al caso, por aclamación popular sigo en el nuevo blog.
Saludos desde el Inframundo.

jueves, octubre 16, 2008 10:22:00 p. m.  

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