martes, marzo 14, 2006

Montañas rusas y jarros de agua fría.

Cuando alcanzas una meta, algo que has buscado, anhelado, trabajado y por fin lo consigues, una sensación agridulce te recorre, por lo menos a mi. La parte agria: no olvidas el precio que has tenido que pagar, no se me olvidan los miedos, los llantos, la desesperación y las ganas de tirar la toalla que voy sintiendo con cada pasito Y lo que queda es un "lo he conseguido" un tanto sorprendida, "he sido capaz"

La parte dulce es aquello que has buscado, algo que imaginabas y que se hace realidad, sabías por lo que luchabas y eso es exactamente lo que has recibido, aquí lo tienes disfrútalo porque es tuyo y para eso te lo has ganado.

Lograr algo, a veces, es un mal necesario y entonces, todo esto no pasa, sino que sabes que "has cumplido con tu deber". Pero cuando es algo voluntario, que tu decides, tras el primer momento en el que tomas consciencia de la situación, la euforia, la satisfacción te acompañan un tiempo mayor o menor dependiendo de la importancia para ti de tu logro.

La semana pasada estaba triste, inmóvil sin ánimo ni fuerzas. También sabía que era algo pasajero. Y por eso decidí darme un gustazo. Me he ido a esquiar este fin de semana.(Paco... no tengo palabras de agradecimiento, ha ido todo muy bien y tu también eres culpable) Tengo que decir que apenas se esquiar un poco, que soy la reina de la cuña ( esto es, me resisto a soltarla para llegar al paralelo). Pero lo de bajar por una pendiente con más miedo que vergüenza y ver que no te caes, se me antoja un poco como el día a día, como la vida misma. Te puedes llegar a despeñar, matarte, hacerte daño o asustarte tanto que te quedas inmóvil en el sitio, sin avanzar, sin llegar a la meta.

Caerte, levantarte a duras penas, colocarte de nuevo para seguir bajando, recuperarte del dolor y del miedo... Y lo he conseguido, me he deslizado por variadas y diferentes pendientes y no me he matado y cuando lo fui asimilando me fui llenando de euforia.

Ahora podía comerme al mundo, podría ahorrar y volver a esquiar, esto es mejor que las vitaminas y los antidepresivos, y para volver a esquiar tendría que hacer más deporte para aguantar más y controlar más y mejor , y nadar más, y como ya me he alisado la maraña que tengo por pelo me cabrá el gorro de la pisci y podré nadar y será mejor para mi espalda y...

Me pasé tres horas en plan lechera disfrutando mi momento de gloria. Pero por la noche cuando regresaba a mi casa yo sola en el coche, autoanimandome y satisfecha por cumplir objetivos, una hija de puta, en una rotonda y mientras esperaba para incorporarme, porque ayer en Madrid había un trafico de mil demonios, me dio por detrás y me mandó al medio de la rotonda atravesada.

Afortunadamente no me pasó nada, el coche aguantó bien el empujón y solo me transmitió la sacudida.

Me bajé del coche y miré a la tipa que se había bajado antes que yo y sin siquiera preguntarme si estaba bien, se apresuró a decir: Perdóname, lo siento y creo que no te hecho nada...

Un poco aturdida, no por el dolor sino por el susto le dije lacónicamente, vamos ahí al lado para no estorbar más y miramos tranquilamente como está mi coche. Ella afirmó y se subió a su coche también. Abandoné la rotonda y me dirigí a un lateral de las salidas. Paré el coche y salí... pero no llegó nadie. La chica se había largado y yo con cara de imbecil rompí a llorar allí, más plantada que una lechuga.

Una hora después, habiendo logrado llevar al coche a un lugar decente y con abrazos de por medio y varios "cálmate que si a ti no te ha pasado nada lo del coche no importa" Fuimos a ver mi coche, efectivamente no le había ocurrido nada. Y entonces si logré empezar a calmarme.

Hoy soy consciente de muchas cosas, de que es verdad que lo importante es mi vida y no el coche, pero que no se puede evitar no ser consciente de ello porque inconscientemente sabes que estás bien y lo que te preocupa, es en este caso y en todos los demás, es lo que no controlas. Y lo que controlas pasa a un segundo plano por muy importante que sea. El consciente parece que da más importancia a cosas que no lo tienen, si las ponemos en una balanza en igualdad de condiciones. Pero así son las cosas.

Tampoco puedo dejar de pensar en de qué manera estamos un poco como una veleta, siempre girando según sople el viento, según soplen nuestras emociones. Y sobre todo y lo más importante en como tengo que volver a equilibrarme y recuperar los sueños que ayer tenía.

9 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Si has sido capaz de sentirte así... puedes volver a hacerlo.

Me alegro que no fuera nada más.

Besos de una maia.

martes, marzo 14, 2006 4:15:00 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

pues qué cabrona, la tía!!

martes, marzo 14, 2006 9:33:00 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Hola...
me dejastes sin palabras...besos fuertes

miércoles, marzo 15, 2006 8:50:00 p. m.  
Blogger •MoonPink• ha dicho...

Ahhh --suspiro, para tomar fuerzas y de alivio-- Pues si, yo tambien he sentido ese sabor agridulce al concluir una meta, dulce por el gusto, y agrio porque ya fue alcanzada, y luego? me quedo pensando si debemos trazarnos metas mas o menos elevadas. El gusto de ser alcazadas es lo que debe importar.
Y esquiar, que envidia!!! Me transmites toda la emocion de hacerlo, ahora con los juegos olimpicos, entiendo de que hablas, definitivamente mejor que cualquier antidepresivo!!! Ahorrare para contarte como me fue tambien :D

Y lo del coche, bue, si era natural que lloraras, las mujeres siempre tendremos ese punto debil, seamos lo que seamos, siempre en algun momento romperemos a llorar, aliviando un peso, es algo natural, no conozco alguna que no lo haga en los momentos de mas crisis. Suerte que no paso a mayores, pero que susto.

Saludos desde Mexico :D

domingo, marzo 19, 2006 8:38:00 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Cada día me sorprendo que haya gente así en el mundo (y lo digo por la tipa que se largó vilmente)... El caso es que te entiendo perfectamente cuando dices eso del control, de que lo que no controlas toma tanta importancia que todo el resto pasa a un segundo plano. Pero piensa que eso ocurre porque pierdes tu centro. Céntrate en ti y de repente todo volverá a estar en equilibrio, y a lo que no controlas le darás la importancia justa... porque no está en ti, y tú eres lo realmente importante... Un abrazo...

lunes, marzo 20, 2006 2:35:00 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Pues sí..lo importante eres tú..estás bien así podrás retomar tus sueños..
Besitos.

martes, marzo 21, 2006 11:29:00 a. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Joe, lo de skiar, ya se que suena a ultrapija, pero un dia probé y las sensaciones son esas... es como vencer un miedo pequeño y que de alguna manera se pueda trasladar a lo grande que es la vida, porque en resumen, nos enfrentamos a las mismas cosas y al bajar por una pendiente, al menos yo tengo las mismas sensaciones.
Sweet... yo tambien me sorprendo, cuando he contado esta historia viva vocce, me han dicho y no tomaste la matricula... me quedé con cara de haba al contestar, nunca se me ocurrió que se pudiera largar.
Y luego dicen que si somos cinicos... demasiado poco para lo que nos tenemos que enfrentar ahi fuera, sobre todo los que vivimos en las grandes ciudades.

martes, marzo 21, 2006 1:35:00 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Lograr algo es un mal necesario?La verdad no estoy de acuerdo con esa afirmacion que haces.
Despues de ovbtenidos los logros te das cuenta que ese te quedò pequeño,es una satisfaccion que me impide retroceder a pensar loas negras que pasè para obtenerlo,yo vivo mi momento presente. Saludos.
marcos

jueves, marzo 23, 2006 2:55:00 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Estoy con tu familia, lo importante es q a no te pasara nada a ti. Lo material tiene reemplazo, las personas no.
Y, por otra parte, q gente más "humana" hay por las calles, te dan un golpe y luego huyen.
Al menos espero q recuperaras tus sueños anteriores al golpe.
Ya no me queda casi nada.
Saludos desde el Inframundo.

miércoles, marzo 29, 2006 7:12:00 p. m.  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio