jueves, febrero 02, 2006

Aunque no tengo ganas...

Tengo la semana que viene un examen de inmunología, y malditas las ganas que tengo ahora de estudiar, me he quedado en casa haciendo mil paridas varias que ?tengo que hacer?. Y es curioso, cuando aparentemente no tienes nada que hacer y quieres entretenerte, llenar ese tiempo muerto, nada, no hay manera, nunca se te ocurre nada. En cambio ten algo importante, impostergable, que además te cueste esfuerzo y ya verás una selección incalculable para que pases las horas resolviendo chorricosas, pequeños granitos en tu consciencia en ese oscuro sitio que se llama cosas pendientes. La verdad, no tengo ganas de seguir con la historia del hospital, sobre todo porque ya estoy bien, y además es bastante triste, deprimente y ya he escrito un rato. Pero cuando empecé a escribir esa historia, mi objetivo era denunciar, explicar lo que sentí, lo que podemos encontrarnos por ahí suelto, aunque a veces no queramos descorrer la cortinilla que nos mantiene aislados y tranquilos en nuestro sillón. También, aparte de lograr poner cuantas más tildes en su sitio y decir menos palabrotas, mi objetivo para este año es terminar las cosas que empiezo. Y con este espiritu, hoy y espero no extenderme mucho termino con la historia del hospital. Así que desde ya lo aviso, por si alguien no quiere completarla.

Viaje a Decripilandia, 3ª Parte, desenlace.


Se llama Decrepilandia porque es el lugar, al que todos llegaremos guiados por la barca del tiempo. A mi me dejaron mirar desde una ventana. Un poco para ser más consciente de ciertas cosas, un poco para bajarme los humos y ser un poco menos soberbia, que ya me vale.

Cuando se acercaba la hora de la comida y digo bien, porque misteriosamente, coincidía con la hora de visita, los ancianos se atusaban, procuraban levantarse de la cama y sentarse en los sillones, se afanaban en tener todo preparado, listo. Había movimiento de bolsas de basura (donde teníamos la ropa, porque algunos de nosotros no teníamos ni mesita donde poner nuestros enseres más personales), supongo que todos esperábamos un alta y poder marcharnos de allí. Una señora chillaba llamando la atención de todo el mundo, se quería meter en la cama, según ella le dolía todo y las enfermeras la maltrataban por no querer ayudarla a tumbarse. Creo que ella sabía que no la vendrían a ver.

Yo me metí en la cama, pq mi familia es tan despistada como yo ( hemos nacido con ese gen ) e imaginé que ni se habían percatado que en observación, teníamos horario de visita especifico y marcial. Empezaban a llegar las familias, muchas miradas esperanzadas hasta la puerta, pero lo peor de todo, lo más terrible, eran las expresiones de aquellos que no miraban a la puerta, que simplemente se acostaban. A ellos no vendría a verlos nadie. A la que me levanté para ir al baño, me detuvo en mi trayectoria una chica joven. "Perdona, me puedes decir si ha comido mi abuela" En mi rostro se pintó la confusión ¿Tu abuela? Solo acerté a responder eso, me quedé tan pasmada que no pude articular ni palabra. "Si, continuó, mi abuela, esta señora de aquí". Miré en aquella dirección, era la señora más próxima a mi cama al lado del pasillo. Y con cara de haba, solo acerté a decirle "pues no lo se"... y no me dio tiempo a decirle más, porque me fulminó con la mirada y se dio la vuelta airada, yo estaba tan alucinada que ni siquiera pude replicar, así que medio riendo me fui al wc. Cuando salí me metí de nuevo en la cama, mis padres no llegaban y cuando más cómoda estaba, al mirar hacia la puerta, vi que llegaban. "Menos mal, pensé. En mi familia hay esperanza".

La verdad es que los pobres estaban más horrorizados que yo por el sitio donde estaba y no me podían mimar y dame la comida, porque yo no comía, solo suero.

Después de un rato de comentar la jugada y responderles por enésima vez que no sabía cuando me iban a dar el alta pasó camino del baño la chica fulminadora y cuando miró en mi dirección su cara se convirtió en un poema. Se acercó a mi cama y verdaderamente apesadumbrada me pidió disculpas. "Perdona, te había confundido con una enfermera, como eres lo más joven de la sala, de verdad perdoname".... Sonreí encantada, en el mundo sigue habiendo esperanza, cuando la gente se equivoca pide disculpas.

Llegó la hora de marcharse, una hora cronometrada y echaron a todos, pareció como si se hubiera puesto el sol en mi sala. Los abuelitos, se metieron en la cama a dormir la siesta. En ningún sitio de la sala había tele. Y el silencio se hizo interrumpido por los ronquidos y toses ocasionales.

Después de la siesta, la doctora vino con los análisis, no estaba convencida de darme el alta, pero le jure por lo más sagrado que tomaría toda la limonada alcalina que necesitara, que no comería nada hasta el día siguiente y que sería dieta blanda y astringente. Me recetó unos antibióticos que por supuesto no me tomé ni falta, que me hicieron. *Nota, si hubiera visto que empeoraba, me los hubiera tomado a pies juntillas. Y un rato después de la siesta me mandaron a casa.

Se que al llegar me pasé un par de horas durmiendo ya sin el agobio de los sueros y en mi cama, en silencio, con mis olores conocidos. Pero espero no olvidar las sensaciones que allí tuve. Todo sirve, de todo se aprende.

7 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Es cierto, cuánta gente mayor no tiene familia que les visite y les mime. Por no hablar de los hospitales públicos... Entiendo perfectamente la sensación que tuviste y entiendo perfectamente que tuvieras ganas de hablar sobre ello y denunciarlo. Sólo de este modo, tomamos consciencia de lo afortunado que somos y de lo relativas que son las cosas. Gracias por compartirlo con nosotros. Besos de colores!

viernes, febrero 03, 2006 10:42:00 a. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Jo sweet, gracias a ti, ya tenía yo complejo de moralista coñazo.

viernes, febrero 03, 2006 12:59:00 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Hay muchas personas solas en este mundo..y cuando te haces mayor..aún es peor..entonces es cuando nadie te quiere,por que no te vales por ti mismo y encima no hueles bien..
Puede que haya enfermeras que "maltraten"...pero son las menos..
Besitos y me alegra que estés bien del todo..

viernes, febrero 03, 2006 4:03:00 p. m.  
Blogger José Luis Avila Herrera ha dicho...

Insisto, compro dominio LUZ DE LUNA

Dime cuánto quieres...

¡SALUDOS!

lunes, febrero 06, 2006 5:50:00 a. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

pues sí, esperaba el final de la historia!!!
suerte con el examen ese

lunes, febrero 06, 2006 4:01:00 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Sentimiento de culpabilidad ajena, cuando descubres historias como estas.

Besos de una maia.

jueves, febrero 09, 2006 4:38:00 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Al menos sé que ya estás bien, pues el comienzo de este post lo dice, pero es una historia curiosa, sin duda.
Saludos desde el Inframundo.

miércoles, marzo 29, 2006 6:49:00 p. m.  

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