lunes, noviembre 27, 2006

Nota: Desde hace unos cuantos post y justo antes de postear de nuevo, respondo a los comentarios directamente sobre el anterior. Si quereis ver las respuestas, mirad el post anterior y al final del todo, a modo de postdata aparecen.

De supermachos y superhembras:

La excesiva racionalidad es un mecanismo de defensa para no ver nuestros verdaderos sentimientos. Nos liamos, nos enmarañamos y justificamos todo lo que hacemos o lo que vamos a hacer en pos de la racionalidad.
Esto me dijeron un día de hace dos semanas. Lo había olvidado, hasta que me han ocurrido un par de cosas que me han traído esta frase a la cabeza.

Me gusta mucho la serie House y Anatomía de Grey. Si, soy así de comercial, no voy a la filmoteca ni veo cine francés, en fin. Pero me pasan estas series en versión original subtitulada en plan casero y disfruto como una enana.

En la segunda, un día mac dreamy le pregunta al Dr. W por qué abandonó a la madre de Meredith y él, con un gesto de dolor dijo que la pena y la culpabilidad por abandonar a su mujer no le dejarían ser feliz al lado de la Dra. Grey, y que la abandonó porque sabía que no la iba a hacer feliz. Y que por tanto se sentía mejor hombre por no haberla hecho pasar por eso.

Todo el mundo puede ver esto como un gesto romántico, desinteresado, el sacrificio por Amor si, ya, que bonito… y me toca las narices como no está escrito. Y luego claro, se ofenden cuando decimos eso de prometer hasta meter. Al buen doctor no se le ocurrió pensar en lo que la Dra. Grey tenía que decir al respecto, las posibilidades de fracaso evidentemente eran muchas, pero si el tío fuera más maduro habría luchado, lo habría intentado. Usó la racionalidad como defensa para hacer lo que para él resultó más cómodo. Y juzgó y ejecutó por los dos y eso es lo que me enerva, si incumbe a dos, que se hable y se decida entre las dos partes. No que uno tome una decisión y la comunique cuando ya es un hecho consumado. Eso yo lo llamo hacer el avestruz. Escondió la cabeza entre un montón de buenas razones, de buenas intenciones… Ya lo dijo no se quien, De buenas intenciones está asfaltado el camino al infierno. Menudo héroe, menudo supermacho.
Y así estaba yo, medio decidida a comer solomillo de avestruces cuando, acabé casi teniéndome que comer el mío propio.

En mi trabajo me relaciono mucho con proveedores de soluciones informáticas semi cerradas y discutimos durante las horas que hagan falta para adaptar su producto a nuestras necesidades. A alguno de ellos les conozco personalmente a otros no, porque normalmente se dicen las cosas por correo o mails. Esto me pasaba con una chica de un proveedor. Se llamaba Flor (por decir algo). La verdad es que pocas veces encuentra alguien con el que te relacionas y te entiendes tan bien y lo que ya es el colmo, es que esto se realice por mail o por teléfono y máxime cuando en teoría se tienen intereses tan cruzados. Pero ese era nuestro caso, de tal magnitud es el asunto, que incluso se hizo vox populi y algún comentario jocoso corrió por sendas oficinas. Hasta que de repente hace un par de semanas, surgió algo que no pudimos solucionar por teléfono, ella vendría a mi oficina y a mi me asignaron al proyecto. Tenía ganas de conocerla, sentía mucha curiosidad y entusiasmo por ver como trabajábamos codo con codo y no en sentido figurado.

Y llegó el gran día. Y cuando llegamos a la sala de reuniones, me encontré con una chica con cara de Lolita de Navokov, a la que solo le faltaban las coletas y la piruleta. Le eché una mirada de arriba abajo, apenas aparentaba 15 años y sin embargo parecía salida de un desfile de modelos en pequeño, evidentemente se había pasado unas horitas para lograr ese aspecto desenfadado y a la vez perfectamente maquillada. Ni un pelo fuera de su sitio, porque aunque así lo parecía, todo estaba medido para dar esa impresión, complementos, pulseras, hasta el perfume venía muy ad hoc
Supongo que mi cara era pura incredulidad, es como si te dijeran, cuando tienes un problema un problema de neurocirugía, que te trae por la calle de la amargura, que te envían a alguien y aparece Kate Moss vestida para Miu Miu. Mi jefa me miró significativamente con una expresión de desconfianza y yo a ella con cara de desolación.

Después de las presentaciones de que hablaran los jefes de un lado y otro solté mi discurso de cómo veía yo el problema, no sé quizás fui un poco técnica y críptica, pero me salió así. Y ella simplemente se limitó a sonreír y tomar notas. Después soltó un bueno, pues lo voy comentar un poco con central y me acerco por vuestro departamento para ver las cosas in situ. Mi jefa y yo nos miramos como diciendo huy esta...

Y eso hizo, siguió el protocolo fijado de una manera sistemática, repitiendo lo que habíamos hecho todos una y otra vez, al menos se sabe el protocolo, pensé, lo que me relajó un poco. Pero no, no salían las cosas con la fluidez de siempre, más bien no salía nada. Llegó la hora de la comida, pagaba su empresa, sus jefes, los míos ella y yo. Después de comer, muchos jefes se pidieron un güisqui, ella también. Y a mi me entró la flojera del que no está acostumbrado a estas situaciones y quiere quedar bien, así que como no me atrevía con uno solo "on the rocks" y desmoralizada por la "fructuosa" mañana, me pedí un cubata cortito, total ya de perdidos al río. Y es que como no estoy acostumbrada a beber y menos después de las comidas, me entró un poco de tontería. No se por qué, creo que a ella le pasó lo mismo.

Nos pusimos otra vez al trabajo y una risa trajo otra hablando del tuneado de sistemas. Nos fuimos concentrando poco a poco y al final ella entendió lo que nosotros queríamos y ellos nos mostraron lo que podíamos obtener con lo que había y nosotros con esa información pudimos imaginar un modo de hacerlo, que antes no se nos ocurría. Salió muy bien, acabamos de trabajar a las mil y monas, pero lo conseguimos. Y no me molestó que se retocara el colorete y el pintalabios de vez en cuando. Ella era como ella era y yo, como yo soy.

Cuando terminamos, satisfecha y con un poco de desvergüenza le dije, chica me has sorprendido, cuando te he visto se me han caído los palos del sombrajo. No tenía ningún tipo de confianza en ti y te debo una disculpa. Y ella me contestó, me he percatado, me has congelado con la mirada y lo único que quería era salir corriendo, menuda pinta de ogro gastas de vez en cuando, no te imaginaba así para nada. Yo alcé las cejas sorprendida y pregunté ¿de verdad? Y ella me dijo si, estaba muy nerviosa hasta antes de comer "por eso me he pedido un güisqui para darme un poco de ánimos". Y yo le dije, "pues a mi se me ha subido un poco a la cabeza el mío, no suelo beber pero no iba yo a ser menos que tú". Pues menos mal me dijo, porque a partir de ahí te has relajado y entonces he podido relajarme yo.

Y tenía razón, había sido yo quien había evaluado, decidido, juzgado, condenado y ejecutado de una mirada, de un prejuicio. Que "lista" soy. Qué racional. ¿A qué le tenía miedo?. Esta vez salió bien gracias a que el alcohol me ayudó a liberarme un poco de mi asentada teoría, a hacerlo de verdad y no solo de palabrita, dándole una oportunidad a ella, que no había hecho nada, salvo ser ella misma. A veces creo que pido para mi lo que no le concedo a otros.

Me queda cierto desasosiego
¿Cuántas veces habré hecho lo mismo? Y ¿qué me habré perdido por el camino?.



miércoles, noviembre 15, 2006

Me vuelvo a ir a casa.



A veces para que las cosas sucedan ha de cumplirse un requisito mínimo, intrascendente, una simple tontería. A veces para que las cosas sucedan tienes que hacerlas, dejar que ocurran.

¿Ocurren los milagros? ¿Creo en los milagros?... pues supongo que de una manera desesperanzada si, creo, lo que no tengo tan claro es que me ocurran a mí, o tal vez no los veo y suceden todos los días, que también es posible.

Durante una semana, o quizás algo más en casa de mis padres viene ocurriendo un milagro y me incumbe a mi.
Misterioso misterio, mi madre ha empezado a tratarme, casi casi como la madre esa que me gustaría. Y no, no es que pida que mi madre sea moderna, entienda mis valores, mis decisiones, mis objetivos, a donde me dirijo o lo que pretendo. No lo hace, pero durante todo este tiempo, mi madre, ha tenido un respeto casi divino por mis cosas. Antes eso no sucedía así, antes mis cosas eran unos chismes que ocupaban sitio en su casa y que además lo hacían en un sitio que tenía otro destino, el que ella decidiera, así que de alguna manera estaban castrando su plan, sus inquietudes, su desarrollo, su espacio vital. Y me culpaba por ello.

Y no se si tendrá mucho que ver el hecho de que me he ido, que paso más, mucho más tiempo en mi casa que en la suya, que no me ve, tal vez incluso me echa de menos. Bueno, así lo ha manifestado verbalmente y lo que es más alucinante, incluso me ha ofrecido recuperar la que fuera mi habitación.

No soy una cría, más bien como dirían en mi pueblo, soy una moza vieja :-) y la verdad haberme ido de casa a mi edad, pues no es ningún logro, ninguna proeza.
Todo aquel que me conoce, que conoce un poco mi vida, me ha machacado con el "vete de casa" de todas las formas habidas y por haber.
Me compré una casa hace unos años y ni por esas, no parecía que me fuera a ir, o al menos no les parecía a ellos. Entonces se decía que no me iría a vivir allí. Que si soy una petarda (en el buen sentido) que me encanta petardear con mis amigos, es decir, andar por ahí quedando con ellos, apuntándome a un bombardeo, ir a todos los... llamémosle eventos, aprovechar cualquier oportunidad que se me brindara... y que por supuesto, la ubicación de mi casa alejada del centro de esta macrociudad, me limitaría esto y que tal vez como inversión fuera buena, pero no era una realidad.
Yo les decía que se equivocaban, que adoraba la paz y el estar con mis cositas, incluso en soledad, a mi rollo, que sigo siendo una chica de pueblo. Decían que me engañaba a mi misma. Yo misma me he preguntado si no me estaría yo engañandome a mi misma también y eso da miedo, te hace dudar de tu estabilidad mental. Cada retraso en mi mudanza, por el motivo más o menos justificado, se acompañaba de un ¿lo ves?, ya te estas montando excusas. Y la verdad es que me jodía esto, me rebelaba por dentro, ¿por qué demonios nadie parece creer mis palabras cuando digo que voy a hacer algo? Lo mismo ocurrió cuando dije que iba a dejar de fumar o a terminar la carrera. Llevo ya casi un año sin fumar y espero terminar en febrero la carrera y además me he mudado, aunque sigo teniendo la idea de que no me creen, que están esperando un patinazo, un retraso para decir un ¿lo ves?.

No me quería ir de casa de mis padres como si de una huida se tratase, puede que me equivocara, que no había, dadas las circunstancias, ninguna forma de irse de otra manera, pero no quería pegar un portazo e irme, da igual las escenas que tuviera que aguantar, la de veces que tuviera que repetir que es ley de vida, que es necesario para mi aprender todo lo que vivir sola, en mi casa, tiene que ofrecerme. Que en vez de una mudanza de una vez la haga a base de bolsitas. Ya me he ido.
Y por primera vez y por no se cuanto tiempo, mi relación con mis padres parece que se ha normalizado (ya, ya se que no se puede afirmar qué es o no lo normal), es más, hasta me miman y disfruto de algo desconocido para mi.
Así que, queridos míos, os anuncio que con todo eso, con esta situación maravillosa que estoy disfrutando y viviendo... Me voy a mi piso de extrarradio a seguir creciendo y construyendo mi vida, aún con todo, me voy, a sufrir, disfrutar, aprender y vivir lo que me toque. Y no huyo.
¡Mal pensados!

Yahoraquebonita: Empeñá, empeñá tengo ya la paga doble de tanto comprar gadgets . Creo que no se trata tanto de pensar, sino de hacer, sin planear, sin atenerte a ningún programa, si, creo que por ahí van los tiros, en "hacer" lo que te sale en cada momento.

Creyendo: No podemos permanecer estáticos, ya viste el anuncio de o te mueves o caducas. A mi me turban muchísimo los cambios, parece que no me da tiempo a acomodarme en ninguna situación que todo gira a velocidad vertiginosa para mi. Pero bueno, a veces traen cosas buenas aquellos a los que les teníamos tanto miedo.

Pablito: Eso ayuda, pero lo que más sin duda, es la voluntad de las personas por llegar a buen puerto. Eso si que tiene premio.

Campanilla: Muchas gracias, pero quiero aclarar algo, yo ya llevo unos meses viviendo fuera, lo que en realidad quiero decir con este post, que a pesar de que ahora la situación en mi casa está bien, sigo yéndome, porque creo que tengo que hacerlo y ahora no es una huida.

Oz : ¿Qué olvide toda esperanza de volver atrás?. No me gustan los cambios, pero no le veo sentido a volver atrás. Bueno a lo mejor si, para pegar un par de patadas en los huevos a alguno, que le tengo ganas, pero poco más.

Basileia: Tu lo has dicho, pero yo ya he hecho mi estadística, como pase por lo que sea dos dias en casa de mis padres vuelven a las andadas.

Reiki: Creo que lo estas haciendo, estas dando los pasos, no estás parada, estás dandole forma a tu sueño

Dammy: Si dammy, tienes razón. El silencio, el no tener que hacer cuando otros lo dicen, la verdad da paz.

K0T10: Si, hay momentos de soledad, pero compensan, o yo de momento lo creo. Intercambiar secretos de Maruja, no te lo crees ni tu, fijo que al final acabamos hablando de informática.

Lautremont: Muchas gracias, ya he plantado un árbol y algo tengo escrito, pero aún me queda tanto, tanto que apenas si he empezado a andar.

Xiluso: No creo que sea una huida como tal, no, es algo que es ley de vida y que todos tenemos que hacer, algún día nuestros padres no estarán. Yo solo establezco una relación con ellos distinta ahora.

Oren: Saludos Oren, estoy de acuerdo contigo

Wendeling: Gracias Maia, estoy aprendiendo muchas cosas, solo que a veces pienso que siempre aprendemos en el último momento. Pero si, intento superarme. Intento ser feliz.

Trisha: Mi realidad… pues no se la recomiendo a nadie, creo que se puede hacer mucho mejor que yo lo he hecho. Y si, tengo 36 años, así que, con lo joven que tu eres mira si lo puedes hacer bien y no cometer mis errores.

Principito: Totalmente de acuerdo, si buscas la salida la encontrarás. Seguro. O mejor dicho, una entrada a otro lugar más feliz.

Sweetmayo: Guapa, es que no me puedo anclar en el dolor, es cuestión de supervivencia, como no voy a tener ganas. Ojala compartamos sonrisas.

Reclamona: Encantada, si, dicen que el tiempo pone y quita razones. Bienvenida

Jessica: Ufff, pasos de gigante?? Que va!!! Tengo tanto que aprender, tanto que mejorar, eso si, al menos lo intento, con más o menos fortuna, pero lo intento.

Mescalino: Gracias por pasar, gracias por tus ánimos y bienvenido.

Soy yo: El espiritu del buen rollo? Jajajaja suena como el espíritu de las navidades. Bienvenida, y yo también me estoy poniendo al día contigo. Un abrazo.

Creo que no me he dejado a nadie por responder a su comentario. Y después de esto, paso a actualizar mi post.

viernes, noviembre 10, 2006

Lo que pudo haber sido...

Y gracias a Dios no fue.

La mañana comenzó muy bien, aparqué a la primera, cogí los trenes sin tener que esperar demasiado, en fin, que llegué al trabajo con aproximadamente tres cuartos de hora antes de la hora límite de entrada, llovía y ninguno de nosotros mirábamos delante, más bien evitábamos pisar uno de los charcos que inundaba Madrid. Y como dice la canción al revolver una esquina me di de cara con él y se me puso el semblante más blanco que la pared. Supongo que se me pintó en la cara la incredulidad, y solo acerté a abrir la boca y mirarle con la boca abierta y estupefacción.

-- (el)Anita, ¿Cómo estas? Cuanto tiempo, te veo muy bien.

--(Yo) Si, si, hola que tal...-- Nada, no fui capaz de decir nada más original.

-- (el) Nuevo look, nuevas gafas, te han quedado muy bien los ojos después de tu operación.

-- (yo) Si, si bueno si, no he quedado bien del todo pero he mejorado mucho. Muy bien todo.

-- (el) ¿Y que haces por aquí a estas horas?

-- (yo) Pues es que ahora, trabajo por aquí, me cambiaron el destino.

La situación era absurda, cuando imaginas encontrarte con un ex, siempre esperas aparecer rutilante, estupenda, tener una seguridad aplastante, que vea que ya no eres la mujer insegura que dejó atrás. Y allí estaba yo, paraguas en mano, con mi pelo que se había hinchado y poco quedaba del superpeinazo de peluquería que lucía días atrás.

Na, ropa de ir al curro, siempre me ha gustado ir muy sencilla por no llamar la atención y sobre todo por ir cómoda. Él estaba igual que siempre, alguna cana más a la altura de las sienes, pero pocas. Yo estaba paralizada, es que no reaccionaba, no era capaz de iniciar una conversación que demostrara el pedazo de tía en el que me había convertido. Porque señoras, señores de mi pasado, me he convertido en un pedazo de tía, es decir, ahora tengo más culo.

El tan seguro de si mismo como siempre, se quiso comportar como un individuo perfectamente civilizado y moderno.

-- (el) Voy con tiempo, ¿te apetece un café?. Ah es verdad tu no tomas café.

Yo totalmente anonadada, en realidad quería salir corriendo, pero supongo que mi orgullo pudo más, así que decidí convertirme en una individua racional y moderna.

--(yo) Si, bueno, ahora de vez en cuando tomo un manchadito, así que te acepto ese café.

Entramos en el primer bar que encontramos, era una cosa cutre cutre y poco frecuentada, vi como arrugó la nariz con aire de darse la vuelta, pero me salió la vena malévola y le dije anticipándome.

-- (yo) Este sitio es muy tranquilo, quedémonos, en los otros habrá mucha gente, mucho ruido tardarán en servirnos y no podremos ni hablar. No dijo ni mu y pedimos en la barra.

Por unos diez minutos y mientras nos servían y removíamos el café llovieron preguntas intrascendentes por ambos lados que si ahora en qué trabajas, que si trabajas por aquí tu también, que si ya te has mudado... lo típico. Parecía que la cosa se iba a quedar ahí, y yo ya estaba rebuscando en mis bolsillos de los vaqueros dinero suelto. No se si me dejaría pagar, o pagaríamos a medias o pagaría él. Solo se que me pareció un sin sentido estar ahí con el. No éramos amigos nunca lo fuimos, no creo que él tuviera amigos, como mucho conocidos.

Entonces hizo la pregunta fatídica.

-- (el) ¿Cuánto hace?.

No me atreví a mirarle, aún estaba digiriéndolo todo y un poco bloqueada, así que removiendo el café contesté

-- (yo) Cerca de tres años desde la última vez que nos vimos.

--(el), si, es verdad,

Y de repente sentí que todo aquello era absurdo, que yo no quería estar alli, que no quería verle, que me importaba un comino ser o no razonable, que él me desagradaba, que lo había hecho desde que me dí cuenta de cómo era y me inflamé un poco de rabia mientras imágenes pasaban a toda velocidad por mi cabeza, estaba a punto de estallar, contemplándole allí, como siempre tan endiosado, tan creído, tan en su olimpo y de repente recordé otra imagen. Sus calcetines sucios, metidos en un bote en el alfeizar de su baño. Otra vez me di cuenta de que todo en él era apariencia, vacío. Que se creía sus propios discursos, que yo una vez me creí. Sonreí por lo que había estado apunto de hacer, decirle que era un capullo insensible y que despertase, porque nadie se creía sus mentiras. Encontré en mis bolsillos una moneda de dos euros, y la agarré y saqué la mano del pantalón, guardé la moneda en la gabardina.

--(yo) No te despediste, no rompimos simplemente un día te fuiste de viaje y no volviste.

-- (el) Y ¿qué teníamos que decirnos, que ya no había nada?. Tu ese día me reprochaste lo mal que me había portado contigo, el daño que te había hecho, estabas indignada y claramente yo no era bueno para ti, así que me alejé.

Casi lo consigue de nuevo, casi me siento culpable, por aquella última discusión, por lo frío de mi comportamiento aquel día, por no haber vuelto a llamar nunca más. Claro, evidentemente ante mi comportamiento cortante, como para no salir corriendo, no, si la culpa era mía una vez más. No dije nada, agaché la cabeza un momento y al hacerlo me di cuenta de que estaba medio avergonzada. Otra vez me recorrió la rabia, me había manipulado una vez más. Apreté la moneda en el bolsillo y simplemente dije

--(yo) Es muy curioso, durante toda la relación me has recomendado lo mejor para mi, desde tu punto de vista.

--(el) Claro Anita, yo te quería bien, no nos entendimos pero siempre te tuve afecto, aún hoy te lo tengo, y por supuesto es mi punto de vista, no podría darte otro, no tengo doble personalidad... Sonrió encantador y medio divertido.

No se como lo hice, solo se, que sonreí despacito, agaché la cabeza, mientras sacaba la mano del bolsillo moneda dentro. Como en una peli, le miré directamente a los ojos.

--(yo) "Lo que todo este tiempo me ha resultado increíble, es que siempre lo mejor para mi, coincidía con lo más cómodo para ti". Adiós, cuídate mucho, y deje la moneda de dos euros encima del mostrador y me di la vuelta caminando tranquilamente.

Una puerta menos, un dolor menos, esta se cerraba definitivamente. Y puede que piense que el pensara que esta escena es de una película b, y que me había quedado muy dramática la pose. Me da igual, me quedé muy a gusto, sin dolor, sin ira, sin ganas de venganza. No me importa lo que él piense, porque no está en mi vida. No fue.



Yahoraquebonita: Me gusta tu manual. Pero no considero este episodio una pérdida de tiempo, sólo quería que el individuo por decir algo, se enterase de lo que opino de él.

Reiki: Pues yo deseo para ti, que seas como tu quieras y lo consigas cuanto antes, te ahorraras muchas lágrimas, fijate que yo soy una vieja y ahora es cuando siento que estoy consiguiendo las cosas de verdad.

k010t: Desconozco los detalles, pero vergüenza... no, eso nunca. Cada uno hace las cosas en el momento que puede, no hay culpa ni vergüenza en ello y te recuerdo que soy más vieja que tú. Ojalá lo hubiera hecho antes, pero al menos lo voy haciendo.

Trisha: Lo hice, fijo que pude hacerlo mejor, pero lo he hecho y si, todos podemos.

Principito: Bienvenido, para su desgracia... no se, estoy convencida de que no es consciente de ello, no le creo maldad premeditada, simplemente es así.

Wendeling: Me queda tanto, pero tanto por hacer, a ver si aprendo a no mirar hacia atras.

Jessica: Pues de eso se trata, de ir dando pasos, pero este no lo considero muy grande, ha llovido mucho y hace mucho que dejó de doler. Es simplemente otro paso.

Basileia: Gracias!!!

Credendo Vides: :-) Si, esta puerta no me gusta y así la he clausurado, una puerta fea menos.

alalluna: BienvenidaNo se si me recompenasará la tranquilidad, porque este fue de los nocivos, pero espero que esa tranquilidad que ahora si tengo en parte gracias a este portazo, me traiga mejores cosas.

Pablito:Te aseguro que nunca estar tan bien como me he sentido me ha costado tan poco. No veo factible el cambio, estaba demasiado convencido de su razón.

Sweetmayo: Mi niña, que alegría verte por aquí. Ojalá se cumplan tus deseos, a mi desde luego me vendría bien :-)

Anonymous: Puede que esos dos euros le hicieran más daño que dos patadas en las pelotas. He hecho lo que se me ha ocurrido para que reciba el mensaje.