lunes, mayo 29, 2006

Rebelión y cocktail


Cuando estaba en segundo de carrera me iba en coche a la facultad con una chica de vida progre que yo envidiaba. Su ritmo de vida interesante y de adulto, venía sufragado por un padre piloto de iberia con una nueva familia bien y una madre de tendencias alternativas, vegetariana, estudiosa de las energías etc etc.
Un día su propia madre me contó que poco después de su divorcio creyó que se le caía el mundo encima y que se deprimió y que por ello se le diagnosticó un cáncer malo malísimo. Me dijo que cuando el médico le dijo que se moría, realmente tomó contacto con lo que era su vida, con lo que estaba viviendo, había vivido y lo que tendría que ser su vida en condiciones normales. Lo que vio no le gustó y por tanto tomó resolución interna de cambiar de vida. Misteriosamente después de esa decisión y sin saber muy bien por qué, se curó. Y verdaderamente, me decía, cambié mi vida y ahora soy muy feliz y lo que es más, sigo aprendiendo cosas.

Mi padre me preguntó ayer por la evolución de Rocío Jurado y lo que yo le dije es que esa mujer ( al margen de mis simpatías o no) le está echando un coraje tremendo, si no se rinde podrá con ello. Mi padre me miró extrañado, ¿al cáncer se le puede vencer si no te rindes (soy un poco el médico de mi familia por mis estudios) tu crees que al cáncer se le puede vencer así?. Y afirmé rotundamente. No se si me creyó mucho
Hoy estoy un poco de mal humor, arrastrándolo desde la semana pasada, aunque os agradezco infinito los ánimos. O eso, o será que los comienzos de semana me deprimen, porque después de escribir aquel post, me fui de compras como regalo a un pensamiento infinito que tuve: Harta de todo ( un poco como hoy ) imaginé un lugar donde me gustaría estar, cual no sería mi sorpresa cuando en mi cabeza se dibujó mi salón, el de mi casa y esa identificación de mi refugio de manera inconsciente, tenía que ser premiada, ¡que buen augurio!, y he pasado una semana agradable incluso, invité a unos amigos a cenar a mi casa y a pesar de que siempre me estreso cocinando salí airosa, muy airosa de hecho.

Pero hoy, será que es lunes... no sé. Pero le decía a una compañera a la hora de comer, a su pregunta de si me pasaba algo, que no tenía muy claro que hacer, que por un momento, me gustaría mandarlo todo a la M, necesitaré vacaciones.
Y así seguí después de comer, medio en llanto, apática, harta, aburrida de las mismas guerras y en un instante supe, supe que cuando los enfermos se dejan ir y la muerte les captura tienen esta misma sensación.

Todo lo que he escrito en los párrafos anteriores me ha pasado por la mente en un instante y cuando he vuelto a la realidad, me he dado cuenta de que estaba conteniendo la respiración.

Ha sido algo raro, ha sido como si estuviera haciendo fuerza para doblar una palanca con todas mis fuerzas y lo lograse, esa era mi sensación, pero simplemente me he puesto los cascos y le he dado al reproductor de música al tiempo que me concentraba en una consulta a una base de datos que me traía frita. Diez minutos después estaba encargándole trabajo a todo el mundo porque se me acababa de ocurrir una idea estupenda.

Y cuando me he reclinado en la silla he repasado mentalmente la tarde y decidido que tengo que encontrar un cocktail, una rutina, un antídoto para este tipo de situaciones. De momento solo se me ocurre la música y una frase que he leído por ahí de una mujer que vivió una dura posguerra que decía: "Nunca llores antes de que peguen"

martes, mayo 23, 2006

¿Cuántos "amotos" nos vendemos?

En pueblo que llevan a rajatabla las cosas del género, nunca han entendido que moto que es una cosa que acaba en o sea femenino, porque por supuesto, eso de motocicleta es impensable. Así que, es fácil oír eso de coge el amoto y vete pa´lla.

Yo, que normalmente guardo las malas costumbres de mi pueblo y no hago ni caso a las buenas, siempre he empleado la frase de venderte un amoto, para la tan traída y llevada expresión.

Ayer me llamó ella, dos meses sin dirigirnos la palabra y con un par de ovarios me llamó, como si no pasara nada, para echarme la bronca porque se me había olvidado su cumpleaños. Sinceramente me hizo gracia la frescura que empleó dadas las circunstancias. Me llamó porque tenía algo que reprocharme, pero me llamó, yo en su lugar hubiera añadido una v más al checklist de las razones por las que me alejé, pero por supuesto me alegré de la llamada.

Me contó de su cansancio de su vida de farándula, del cansancio de sus amigos de pacotilla y oportunistas. Me habló de que había llegado a un punto en el que se sentía vacía, como si hubiera perdido el rumbo, se hubiera dado cuenta y estuviera dando un golpe de timón. Y casi se me caen las lágrimas de alegría. ¿Mi amiga de la universidad volvía?. Tanto era así que le puse al tanto de mi vida de estos meses, la invité a cenar con unos amigos el sábado y para mi sorpresa ella dijo si.

Con la emoción pegada en la cara pasé el resto del día, hasta que una voz al teléfono me recordó un par de cositas, ¿otra vez sois amiguitas? ¿Ya has olvidado todo? Y me cayó como una ducha de agua fría por la espalda que me tensó de golpe. Todas las imágenes, todos los sentimientos pasados, salieron a flor de piel y me di cuenta de que no tenía ninguna seguridad de que las cosas fueran como ella me había dicho. Simplemente, me lo había creído porque quería creérmelo.

Y entonces surge la duda general, me engaño, me dejo engañar, me engañan...
¿Me engaño cuando creo que sigo una senda que me llegará a algún sitio? ¿Me miento cuando me invento los pasos, y los proclamo como fruto de mi victoria? O realmente todo esto son subterfugios para no dar un real e inequívoco golpe de timón. Pensando que si voy poquito a poco las cosas cambiarán sin dolor, corrigiendo una trayectoria levemente, o ¿son excusas para justificar tal vez mi inmovilidad?
Si, a veces me siento inmóvil, porque hacer las cosas de manera tan suave no produce una verdadera sensación de movimiento. ¿Será que no se vivir sin el atrezzo de las grandes gestas? Sin el drama de los acontecimientos teatrescos?

¿Qué es lo que he conseguido? ¿Tiene valor que ahora ponga unas cuantas tildes más?
Ayer Pipo me decía, ¿te das cuenta de que lo tienes casi todo? Me turbó, por un instante me sentí avergonzada de tener "tantas cosas", que nadie me ha regalado, por supuesto, pero...

Te das cuenta que siempre me falla lo mismo, le respondí, que parece que no aprendo, que todos mis logros son de papel porque apenas me cuestan y que lo que de verdad me importa, aparece siempre cuasi vedado, arcano, desconocido. ¿Cuánto avanzo? ¿Cuántos amotos me vendo convenciéndome de que me llevarán a algún sitio?
¿Realmente, no te cuestan? O es que una vez superadas ya no tienen importancia.

Y aquí estoy, con mi piso casi listo, teóricamente deseando irme, conocerme, experimentar, pero aún no me he ido. Ya la única excusa son los armarios. Todo el mundo lo dice, llévate unas cajas de cartón y vete, por tu serenidad y tranquilidad mental, Ana, vete. Pero aun no me he ido. Hoy estoy confusa.
¿Son verdad mis deseos de conocerme esos que proclamo y aplaude todo el mundo, o la única verdad, es que aun no me he ido.?

sábado, mayo 13, 2006

La tiranía del que sufre

Como he dicho alguna vez me he pasado la vida huyendo. En estas fechas, en las que se acumulan fiestas: semana santa, el puente de mayo, san isidro, en estas fechas yo tradicionalmente he huido. La idea de pasarlas enteras encerrada o mendigando compañía para poder huir, hace que la ansiedad se dispare. Hoy hay otro puente de tres días y estamos a sábado, me voy de viaje, porque me las he apañado para encontrar una coartada perfecta y justificar la necesidad de ir de viaje. Mi subconsciente se comenzó a tranquilizar. Pero no contaba con una pieza nueva en el rompecabezas que es mi vida: mi casa.

Ayer de nuevo me acurrucó entre sus brazos y esta mañana al despertar lo que he sentido como una bendición ha sido el silencio. Nadie iba a percatarse de que me había despertado de que ya estaba en pie, nadie me iba a preguntar, a pedir a recordarme nada, no estoy en el trabajo, tampoco estoy en casa de mis padres, no tengo que demostrar nada a nadie, no estoy a prueba. Pruebas de si he recogido bien la ropa, limpiado bien, realizado aquel o este recado...

Y ahora antes de partir, me tengo que ir a un compromiso social, cosa que me pareció estupenda cuando me invitaron... pero aquí, desde el silencio, desde el placer de no tener que dar cuentas a nadie, me cuesta moverme. Estas horas transcurren con una silenciosa cadencia y me relajo, desconecto.

Me voy esta tarde después del compromiso, me voy al mar, mi otro aliado, pero hoy debo decir que me arrepiento de haber removido Roma con Santiago para marchar, hoy no tengo necesidad de huir y te he convencido de que debíamos irnos que ya llevábamos demasiado tiempo encerrados entre los muros de Madrid y que era lo mejor y de paso...

Hoy entiendo tu resistencia a dejar de estar solo con tus cosas sin dar explicaciones a nadie, sin que nadie te marque un ritmo. Lo entiendo como una parte del egoísmo, que nos mantiene vivos y sanos, este egosimo no es malo, sino todo lo contrario, ser egoísta, nos ayuda a sobrevivir. Pero cuando sufres, te conviertes en un tirano, el dolor hace que lo imposible cobre el significado de fácil, si eso te va hacer bien. Poner en una balanza y siempre salir ganando con nuestras necesidades frente a las de los demás, es un juego dominado por nosotros a la perfección y las pruebas nos apoyan, somos los tiranos del platillo de la balanza. Porque solemos hacer cómplices de nuestro dolor por no ayudarnos, a los que nos rodean, verdugos, por que lo son por omisión, si no se pliegan y sacrifican sus necesidades frente a las nuestras, incluso sin quererlo y otras veces queriéndolo, chantajeamos

Hoy he descubierto que me gusta dejarme llevar por este silencio, que mi mente se relaja que mi humor se suaviza y todo se vuelve menos frenético y con más sabor. Misteriosamente hoy terminaré huyendo de esta bondad y yo misma me lo he buscado.

martes, mayo 09, 2006

Pura Paranoia

Hoy me toca la moral escribir tal y como ahora lo vengo haciendo, porque esto, es un mea culpa ante un poco de tontería que abunda en el mundo bloguero. También dicho de paso, estoy cabreada con el mundo pero sobre todo conmigo. No se si se trata de ser del sexo femenino, pero por una vez vaya en mis palabras admiración por ellos y no solo críticas.

Se habla notablemente de la profundidad, de la amplitud, versatilidad, complejidad, variedad etc... del pensamiento femenino ( utilizando un eufemismo que esconde una palabra mas sencilla, retorcimiento ).

Las mujeres somos retorcidas y, nos encanta serlo.

Llegar a un puntito próximo a la obsesión es un deporte que se ha ejercitado toda la vida. Cuando nuestra abuelas quedaban para cotillear, (porque en aquella época no había radio ), no hacían otra cosa que retorcer las situaciones, si esta ha hecho esto por esto, por lo otro, sabeis que.. y entonces se abría un abanico amplio de situaciones, simuladas que daban un juego más sabroso que ver la pantalla. Y así durante siglos.

Se supone que los "romanticos" entendiendose como la generación cultural, estaban aún más próximos al género femenino. Y en realidad, ¿qué es lo que hacían?: deshojar la margarita, suspirar, hablar y hablar y poco hacer.

Y aquí me encuentro como unacreyente consultando el oráculo, pseudo pidiendo consejo y de repente me pregunto, ¿qué es lo que dispara una acción?¿ Cuántas vueltas necesitamos darles a las cosas, para encontrar un escenario que nos guste, que cumpla las expectativas... No nos damos cuenta de que solo ocurren en el mundo que nos hemos montado...

No sería más sencillo obrar como dice el anuncio de nike, Just do it.

¿Como demonios despejamos todo el enredijo de variables e incógnitas que nos enturbian el pensamiento?.

Estoy con vosotros chicos, por una vez, yo tampoco entiendo a las mujeres.


pd Es bastante conocido mi amor por las h, en particular por las h bien puestas, y Horáculo no lleva, lo sé y se me coló. Pido diculpas ay ay ayy que dolor.

jueves, mayo 04, 2006

Mujeres como yo, como nosotras, todas Mujeres.

Se puede decir sin mucho temor a equivocarnos que cada uno somos lo que nos ha tocado vivir y ahí mucha culpa tienen los padres, no toda, pero si algo.

Mi madre es una mujer tan guapa (no, no he salido a ella ) por lo menos de cara, que nunca ha necesitado arreglarse mucho, y por tanto, consciente de sus posibilidades y viniendo de una educación de posguerra en un pueblo de La Mancha, con cero vicios, todo privaciones, pero afortunadamente sin pasar hambre, lo de arreglarse, maquillarse, pintarse las uñas e ir siempre de peluquería... pues como que no.

En casa siempre con la cara lavada y recién peiná. Y así poco más o menos he salido yo.

Creo, que pueden contarse con los dedos de una mano los días que me he puesto maquillaje. A veces pienso que estoy un poco asilvestrá, para llevar viviendo la cantidad de años que llevo en la capital de España.

(Párrafo dedicado íntegramente a Melona por los ratos de risa que me hace pasar y para que se haba una idea de la que le espera )

He llegado a mi piso, y desde la entrada, mentalmente he revisado la de cosas que tengo que hacer, medir el tendedero para encargarlo, pero no me puedo pasar con la medida por si decido poner un escobero... por otro lado, donde narices voy a tender la funda nórdica en algo tan diminuto... Y que hago con los adornos acumulados? si ya no me caben... de donde han salido tantos libros y lo peor donde los meto, si pongo más estanterías no me cabe la cama... y la ropa? ¿dedico un módulo entero de baldas o pongo un pantalonero?

El otro día una vecina me comentó que quería ver mi casa y yo le dije, no te esperes gran cosa, ella amablemente contestó que si me pensaba que su casa era un museo y yo le respondí que su casa no, pero que la mía si, que todo ( menos la cocina eso si, que esta puesta nuevecita, estilosa, practica y pa que dure) Era viejo. Tanto es así que un amigo mío homosexual, que el condenado tiene un gusto y un estilo tremendo en cosas de decoración ha dicho: "Tu casa, chulísima, la cocina me encanta, la distribución muy buena y la ducha apetece... el salón... tíralo a la basura porque parece la casa de la pradera, Michael Landon se retorcerá en su tumba por no poder venir corriendo. Solo te falta que te pongas el gorro de flores en plan Laura Ingles" y es que todos los muebles que tengo, son los que se han ido desechando en casa de mis padres y demás familiares.

En estas estaba yo cuando tomé una decisión definitiva, me acerqué al salón y a configurar el router se ha dicho. Al poner las manos sobre el teclado, he visto mis uñas, necesitan una sesión de manicura de primera y aun así he seguido configurando el router, bajándome parches para el portátil y después me he liado con el destornillador y los casquillos de la luz.

Al rato me he sentado a escribir, la manicura sigue esperando y me acuerdo de un novio que tuve que decía que yo era poco femenina ( hasta hace un rato yo pensaba que el era oligofrénico, ahora pienso que padece demencia vesónica ). Pienso en las cosas que he cambiado en mi vida, en las que me queda por cambiar, por descubrir, por sentir. Se abre una etapa, es emocionante, sobre todo porque tengo ganas, de tantas cosas...

El año pasado me decidí a poner tildes mientras escribo en el ordenador, no pongo todas, pero antes no ponía ni una, hace otros años dejé de utilizar las k como q, ya subo las escaleras a mi oficina a pie y llevo ( en cuatro días se cumple ), seis meses sin fumar. Ya he estrenado mi casa, aunque me quedan muuuuuuchas cosas por hacer, y hoy no puedo dormir. Así que si sigo así hasta la hora de ir a la oficina, puede que me termine de hacer la manicura. Ahora estoy de buen humor, aunque hace un rato pensaba que no avanzaba, pero la prueba es, que ya pongo más tildes.

No se que tipo de mujer soy, pero no soy peor que las demás, hay muchas como yo y somos estupendas, aunque no usemos rimel y nos quede mucho por aprender, también por supuesto, de aquellas que dominan el arte del maquillaje.